EL
MANIFIESTO DE LA UNIFICACION GLOBAL
Cuatro Principios
Éticos Fundamentales
Todos estos Retos no serán adecuadamente respondidos si
no cambiamos nuestras mentes y nuestros corazones y no creamos espacio para la
emergencia y el desarrollo de otras dimensiones esenciales del ser humano. El
uso exclusivo y abusivo de la Razón instrumental-analítica en los tiempos
modernos nos ha hecho sordos al clamor de la Tierra e insensibles a los gritos
de los oprimidos que son las grandes mayorías de la Humanidad. En lo más hondo
de nuestra Naturaleza Humana Somos Seres de Amor, de Solidaridad, de Compasión
y de Comunión. Por eso hay que enriquecer la razón analítica con la razón
sensible, emocional y cordial, sede de los referidos valores. El Bien Común de la Humanidad y de la Tierra es
una realidad dinámica y en continua construcción. Para mantenerlo vivo y
abierto a otros desarrollos están cuatro principios éticos resultan
importantes.
El Primer Principio Ético es el Respeto. Cada Ser tiene valor intrínseco. Su utilización para
el Bien de la Humanidad no puede ser orientada por una ética meramente
utilitarista, como ha predominado en el paradigma socioeconómico vigente, sino
dentro de un sentido de mutua pertenencia, de responsabilidad y de conservación
de su existencia.
El Segundo es el Cuidado. El Cuidado configura una actitud no agresiva ante la
realidad, actitud amorosa que repara los
daños pasados y previene los futuros y, a la vez, se extiende a todos los
campos de la actividad humana personal y social. Si existiera suficiente
cuidado, no habríamos llegado a la actual crisis financiera y económica. El
cuidado está ligado intrínsecamente a la manutención de la vida, porque sin
cuidado ella se debilita y desaparece. La expresión oriental del cuidado se
llama compasión, tan necesaria en los días de hoy cuando gran parte de la
Humanidad y de la misma Tierra se encuentran crucificadas y magulladas en un
mar de padecimientos.
En una sociedad de mercado que se rige más por la
competencia que por la cooperación, se constata una cruel falta de compasión
con todos los que sufren en la sociedad y en la naturaleza.
El Tercer Principio es la
Responsabilidad Universal. Todos Somos Eco-dependientes e Interdependientes.
Nuestras acciones pueden ser Benéficas o Dañinas para la Vida y para el Bien
Común de la Tierra y de la Humanidad. Las muchas crisis actuales se derivan, en
gran parte, por la falta de Responsabilidad de nuestros proyectos y prácticas
colectivas que han provocado el Desequilibro Global de los Mercados y el del Sistema-Tierra.
El Cuarto principio es la Cooperación. Si no hay Cooperación entre todos, no vamos a salir
enriquecidos de las crisis actuales. La cooperación es tan esencial que fue
ella lo que en el pasado permitió a nuestros ancestros antropoides dar el salto
de la animalidad a la humanidad. Al buscar sus alimentos, no los comían de
forma individual sino que los traían todos para el grupo y de forma cooperativa
y solidaria lo compartían entre todos. Lo que fue esencial en el pasado, sigue
siendo esencial en el presente.
Por fin, pertenece al Bien Común de la Humanidad la creencia testimoniada por
las tradiciones espirituales y afirmada por cosmólogos y astrofísicos
contemporáneos, de que por detrás de todo el universo, de cada ser, de cada
persona, de cada evento y de nuestra crisis actual, actúa la Energía de Fondo, misteriosa e inefable, llamada también Fuente Alimentadora de todo el Ser. Esta Energía sin nombre –
estamos seguros – actuará también en este momento de caos ayudándonos y
capacitándonos para vencer al egoísmo y tomar las medidas necesarias para que
éste no sea catastrófico, sino creativo y generativo de nuevas órdenes de Ecoconvivencia,
de modelos económicos innovadores y de un sentido más alto de vivir y de
convivir.

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